El problema es que nuestro sistema no premia a los alumnos con capacidad crítica

Cristina Espinosa Foto (2º envío) - copiaCristina Espinosa

Docente, asesora educativa

¿Nuestro sistema educativo cumple las funciones y los objetivos que pide esta sociedad?

En España, el 23,5% de los alumnos no termina la educación obligatoria y tan solo el 22% de los españoles son capaces de mantener una conversación en inglés… Estos son solo dos de los datos que representan nuestro sistema educativo.

Considerando estos datos, creo que podemos afirmar que nuestro sistema educativo no cumple, ni por asomo, los objetivos que demanda nuestra sociedad. En realidad, nuestra sociedad tampoco cumple las funciones y objetivos que debería cumplir, no está preparada para competir con países que están a la cabeza de la economía y la educación mundial por lo que, al final, esto es la “pescadilla que se muerde la cola”. Si no preparamos de forma práctica a nuestros niños, nuestra sociedad nunca cambiará, pero parece que con una sociedad así nuestro sistema educativo tampoco lo hará nunca.

Tenemos un sistema educativo que prepara personas para la “industrialización” y esta pasó hace tiempo… Nuestro sistema debería preparar personas capaces de tomar decisiones, libres y creativas, pero esto no interesa. La cuestión es que mientras sigamos así, nunca saldremos adelante.

Desde tu experiencia personal, ¿cuáles son los principales problemas de la educación en nuestro país?

Volviendo a la idea anterior, el principal problema es que nuestro sistema no premia a aquellos alumnos que tienen capacidad crítica, al contrario, los alumnos que “piensan fuera de la caja” y que quieren hacer las cosas de forma diferente son penalizados y, por supuesto, se les etiqueta injustamente. Lo que deben hacer es seguir al rebaño y cumplir con lo que se les pide, ni más ni menos. Lo mismo sucede con los profesores: Cuando quieres hacer algo diferente, no suele encajar con las exigencias del sistema, pero esta es mi experiencia, no pierdo la esperanza de encontrar a alguien que quiera cambiar las cosas. ¡Seguro que los hay!

¿Por dónde pasan las soluciones para mejorar nuestra enseñanza?

En primer lugar, todos deberíamos cambiar nuestra mentalidad, dejar de pensar que los niños deben aprender a leer cuanto antes mejor, a escribir cuanto antes mejor y dejar que descubran, ¡respetar sus ritmos naturales!

Un cambio de mentalidad nos llevaría a valorar más a los profesores y, por tanto, a exigirles más. Aunque sea tirar piedras sobre mi propio tejado, creo que a los profesores se nos debería exigir más, y no me refiero más aprobados o resultados a corto plazo. Me refiero a que seamos inquietos, que nos reciclemos, que tengamos tantas o más ganas de aprender que nuestros alumnos, que se nos exija ilusión, ganas… Creo que profesores mejor formados llevaría a profesores mejor valorados, no solo socialmente, también económicamente y eso tendría como consecuencia mejores resultados. El profesorado es la base. Si un profesor no está bien formado nunca podrá transmitir a sus alumnos lo que debería, y eso sucede mucho en nuestro país.

¿Estamos preparados para enfrentarnos a los retos educativos del siglo XXI?

No… El sistema laboral está cambiando, la sociedad está cambiando, pero el sistema educativo sigue igual. Seguimos utilizando libros en la era digital, hacemos memorizar contenidos a los niños cuando tienen toda la información al alcance de su mano… ¿Es eso estar preparados para los retos del S XXI?

¿Cuáles son esos retos?

Hace 50 años, cuando el profesor había transmitido todos sus conocimientos a sus alumnos, reunía a las familias y les comunicaba que ya no podía enseñar más a esos niños, porque ya les había transmitido todo lo que él sabía. El saber eran los maestros. Hace 30 años, ese saber estaba en los libros, que los alumnos debían aprender de memoria. Hoy en día, cuando tenemos toda la información al alcance de un clic, continuamos exigiendo a los alumnos que aprendan de memoria contenidos absurdos a los que podrían acceder en cualquier momento, pero en cambio no les enseñamos a elegir la información útil, a que sepan seleccionar la información de valor de la que no lo es. Ese es el principal reto educativo del siglo XXI. Los profesores debemos dejar de ser meros transmisores de conocimiento para pasar a ser Guías del Conocimiento.

¿Hacia qué modelo educativo debemos ir?

Debemos dirigirnos hacia un modelo educativo que enseñe a los niños a pensar. Parece muy obvio pero, realmente, cada vez nos estamos alejando más de este modelo. Un niño autónomo, capaz de pensar por sí mismo, estará preparado para el mundo que le rodea. Hoy en día los alumnos no son capaces de tomar decisiones por sí mismos, y no hablo solo de los niños en edad escolar, hablo de los propios universitarios. A muchos les planteas actividades con las que no están demasiado familiarizados y no son capaces de abordarlas. No tienen capacidad crítica, no saben qué información vale y cuál no, y eso demuestra que en niveles inferiores no se está preparando a los alumnos para las necesidades del mundo real.

¿La aplicación de las llamadas nuevas tecnologías es la adecuada en nuestros centros?

Depende del centro. Este es un tema en el que no podemos generalizar. Considero que aunque todavía nos queda mucho, muchísimo por hacer, muchos centros están aplicando las nuevas tecnologías de forma práctica y eficaz, aunque si nos comparamos con otros países nos queda un largo camino. No podemos conformarnos.

Hemos tenido siete leyes de educación desde la transición democrática ¿Cómo afecta eso a la calidad de la enseñanza?

Este es un tema del que hablé en mi artículo “Un sistema educativo ineficaz y obsoleto”. En España las leyes de educación se establecen en función de la ideología del partido que gobierna, y siempre pensando en sus propios intereses, no en los intereses de los alumnos. Por supuesto, estos cambios no se suelen hacer contando con los profesores, que es a los que se debería preguntar. Se ponen y se quitan asignaturas, se varía el número de horas, además de otros muchos cambios en los que no voy a entrar. Esto, lógicamente, afecta mucho a la calidad de la enseñanza, si no lo hiciera sería un milagro.
Los cambios deberían llevarse a cabo cuando son necesarios para adecuarnos a los tiempos, como sucede en algunos países europeos, que cada ciertos años introducen cambios significativos en sus sistemas educativos, pero nunca desde una base política, siempre desde una base pedagógica.

¿Hasta qué punto es importante y posible lograr un consenso educativo?

Es importante porque unidos somos más fuertes y porque parece que se nos olvida que una sociedad educada es una sociedad libre, con capacidad de decisión, con individuos formados y demandados a nivel mundial. Sinceramente veo complicado ese consenso. Ojalá, pero todos tendríamos que poner de nuestra parte, todos tendríamos que cambiar, ceder un poquito y parece que ninguno estamos por la labor.

¿Qué líneas generales debería abarcar un debate social sobre el futuro sistema educativo?

Creo que más que las líneas deberíamos hablar de los agentes que participen en ese debate. El principal problema que veo a la hora de tomar decisiones en materia educativa es que no se consulta a los agentes apropiados. Hay grandes pedagogos que tratan de transmitir sus ideas al mundo pero no se les escucha. Lo mismo sucede con profesores que llevan años ejerciendo y que saben a la perfección las necesidades de sus alumnos.

¿Cuál debe ser el papel de los padres en el proceso educativo?

Desde mi punto de vista, los padres deberían estar mucho más involucrados en la Comunidad Educativa de lo que están. La mayoría de los padres dejan, por completo, la educación de sus hijos en manos del sistema educativo, cuando ni mucho menos puede ser así. Es comprensible que muchos papás no disponen del tiempo para dedicar a sus hijos, pero deberían buscarlo.

En cualquier caso, no toda la culpa puede recaer en los padres. Creo que los centros también deberían involucrar más a los padres en sus actividades. Yo personalmente me he encontrado con situaciones en las que los padres se ofrecían a ayudar al centro en muchas de sus actividades, desde ayudar en el comedor a realizar decoración pero, en cambio, el colegio se negaba alegando que no es apropiado tener a los padres por el centro cuando, personalmente, considero que debería ser todo lo contrario. Los colegios deberían ser un lugar de encuentro, un lugar en el que padres y maestros compartan un objetivo común: la educación de los más pequeños.

¿Qué papel deben asumir los educadores en un nuevo sistema educativo?

En un nuevo sistema educativo los educadores deberían tener un papel más activo. Se les debería dejar tomar más decisiones, ser creativos e incluso más independientes. Considero que se deberían eliminar muchos procesos burocráticos en los que los maestros perdemos muchísimo tiempo y dejarnos más tiempo para lo que realmente se nos da mejor: enseñar.

Sincronia.org

POR UN PACTO DE ESTADO EN EDUCACIÓN

http://www.sincronia.org/camp/pacto-por-la-educacion/

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